Por Cruz Roja de San Ramón, Alajuela
Me gustaría que pudieras comprender el terror de una esposa, a las tres de la mañana, mientras busco pulso en su esposo de 40 años y no lo encuentro. Inicio RCP de todas maneras, esperando traerlo de regreso, sabiendo intuitivamente que es demasiado tarde. Pero deseando que su esposa y su familia sepan que se hizo todo lo posible para tratar de salvar su vida.
Me gustaría que pudieras estar en la sala de urgencias cuando un doctor declara muerta a la hermosa niña de cinco años que he estado tratando de salvar por los últimos 25 minutos. Esa niña que nunca irá a una primera cita, ni volverá a decir las palabras "Te quiero, mamá".
Me gustaría que pudieras conocer la frustración que siento en la cabina de mi ambulancia, con el operador pisando el acelerador hasta el fondo, mi mano tocando y tocando la sirena, mientras tú no te haces a un lado ni cedes el paso en una intersección o en el tráfico. Sin embargo, cuando nos necesitas, el primer comentario al llegar será: "¿Por qué se tardaron tanto?"
Me gustaría que pudieras conocer mis pensamientos mientras ayudo a extraer a una adolescente de los restos de su coche. "¿Y si fuera mi hermana, mi novia o una amiga? ¿Cuál va a ser la reacción de los papás cuando contesten el teléfono y sea la policía?"
Me gustaría que pudieras saber lo que se siente al enviar a compañeros a una llamada, y que se nos detenga el corazón cuando no responden al llamarlos, o recibir la espeluznante llamada de emergencia de un niño o una esposa que necesitan ayuda.
Me gustaría que pudieras entender el desgaste físico, emocional y mental de las comidas perdidas, el sueño interrumpido y las actividades sociales abandonadas, además de todas las tragedias que mis ojos han visto.
Me gustaría que pudieras conocer la hermandad y la satisfacción personal que produce el ayudar a salvar una vida o a conservar la propiedad de alguien, o ser capaz de estar ahí en tiempos de crisis, o de crear orden donde solo había caos total.
Me gustaría que pudieras entender lo que se siente al tener a un niño pequeño jalando la manga y preguntando "¿Está bien mi mamá?" sin siquiera poder ser capaz de verle a los ojos sin lágrimas en los tuyos propios, y no saber qué decir. O tener que hacer a un lado a una persona que ve a su amigo de años recibiendo ventilación asistida mientras se lo llevan en una ambulancia. Sabes que no tenía su cinturón de seguridad puesto. Una sensación con la que me he familiarizado demasiado.
A menos que hayas vivido esta clase de vida, nunca podrás entender o apreciar por completo lo que soy, lo que somos, o lo que nuestro trabajo significa para nosotros...
sin embargo, me gustaría que pudieras...